Debo confesar que no me canso de observarlas, son pura elegancia.
Como hay que comer, ya que el día se acaba, no tardó mucho tiempo en comenzar a caminar para buscar su presa.
Aunque a veces la suerte está para los de abajo del agua. Observen el pequeño remolino en la superficie un poco mas adelante del pico de la garza.
Todo es cuestión de no desanimarse luego de una pesca fallida, hay que caminar nuevamente para buscar nuevas presas.
Esta fué la última foto que saqué esa tarde, se me venía la hora encima para entrar a la escuela, y mientras guardaba la cámara, la garza en el segundo intento pescó una anguila.
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