No me acerqué mucho para no molestar a los padres y decidí dar la vuelta por detrás del colectivo y acercarme usando la parte delantera del mismo para esconderme. Cuando estuve en posición pude fotografiar al volantón realizando sus primeros torpes vuelos de no mas de 3 metros de longitud, esa era la distancia que había entre las plantas.

El tamaño era un poco menor al de los adultos y se destaca la gran comisura del pico de color amarillo.
En la segunda foto logré acercarme un poco mas pero la cámara enffocó en las hojas del primer plano.

Sus padres como observaron que su hijo se movía sin inconvenientes a pesar de la torpeza de sus primeros vuelos no intervinieron para nada y perchaban unos metros mas arriba siempre atentos.
Comparando las Calandrias entrerrianas con las misioneras parecen dos especies distintas ya que nuestra tierra roja mancha todo lo que se le cruce adelante.

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