Algunos picaflores merodeaban las flores de un Aloé cercano y desde lejos se escuchaban las chillonas voces de un grupo de fruteros overo. Lo único que se movía cerca era un Ticotico que traía alimento a sus pichones en el nido del entretecho de la casa hasta que este Burlisto pico canela decidió acercarse al árbol al que yo dirigía mi atención. El pico abierto del burlisto se debe al extenuante calor del momento y no a que estuviese vocalizando.


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