Recorriendo el monte que bordea la casa de los Jesuítas en Garupá me llamó la atención la quietud que demostraba este Arañero silbón, logré acercarme bastante a el y no se movía de la rama en la que estaba posado.
Por las dudas mantuve distancia para no asustarlo y cuando saltó para cambiar de posadero pude ver el motivo por el cual estaba tan quieto.
Le faltaba toda la cola.
Todavía falta para terminar el invierno y al acercarse la primavera calculo que debe estar comenzando a cambiar el plumaje, aclaro que es una supuesta especulación mía.
Muchas especies de aves se encuentran en grave peligro de extinción en todo el Planeta, debido a la reducción de sus habitats y al tráfico y tenencia como mascotas.
No las captures disfruta de observarlas en libertad, cuida, preserva, respeta la naturaleza, planta un árbol.
Tus hijos te lo agradecerán.
Tus hijos te lo agradecerán.
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