Alas flexionadas, timoneras abiertas, todos los músculos trabajando en conjunto para domar la velocidad del aire maniobrando centímetro a centímetro para acercarse a un simple tronco; tan concentrada estaba esta hembra en dicha tarea que la pude fotografiar en vuelo estacionario a menos de 10 metros del lugar en donde yo estaba apostado en la desembocadura del Arroyo Apepú y recién cuando se posó giró su cabeza para observar al intruso del bañado.



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