Este Pitigüé se acerca todos los días a la misma hora, solo le falta hablar; siempre se posa en la misma rama, come unos trozos de banana, canta un rato mirándonos y cuando termina de desayunar vuela hacia la pileta para darse unas zambullidas y comenzar la jornada un poco mas fresco.
Todavía tiene un resto de color amarillo en la boca, señal de que ya está bastante crecido y casi está llegando a la adultez.
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