Les presento a quienes me hicieron compañía en el sanatorio durante estos últimos días, todo fue cuestión de sentarse a esperarlas, primero poniendo algunas migas de galletitas en el marco de la ventana y cuando se acostumbraron a mirarme a través del vidrio comencé lentamente a abrir la ventana y luego de dos días de intentarlo logré que coman de mi mano.
Disculpen la calidad del video, lo filmé con el teléfono.
Mi mamá desde la cama miraba y no creía lo que estaba viendo, son tan confiadas que cuando terminaban de comer se posaban en el marco de la ventana mirando hacia adentro de la pieza esperando a que les sirva mas alimento.
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