Es un número concreto porque ustedes pasan y leen. La exposición creció, y de la misma manera crecieron las responsabilidades. Sentarse a escribir dentro de los escasos tiempos libres que dispongo por mis obligaciones para la gente gente que te lee, te genera también una importante obligación, obligación que asumo con mucho orgullo y responsabilidad.
Esto empezó como un espacio de esparcimiento más bien personal, esto creció y evolucionó día tras día, amigos que se acercaron y participaron de esto hoy han dado un paso al costado. Aveces toca cerrar ciclos, siempre nos encontraremos frente a encrucijadas en dónde sé que ya nada volverá a ser como antes y se nos presenta un futuro con incertidumbre. Dejo la nostalgia a un lado y miro con agradecimiento lo vivido, lugares, vivencias, momentos, imágenes, personas, ilusiones y porqué no también fracasos.
Como siempre, me queda darles las gracias a cada uno de ustedes que pasa y lee, que deja un comentario, que interactúa en Twitter, Facebook, o Instagram. Gracias a quienes me acompañaron en esto, a mis viejos que ya no están presentes, y mas que nada a mi familia, que se banca las horas de menos que les quito para poder atender este sitio. Esto sigue de la misma manera en que lo comencé, solo o con aquellos que tengan ganas de acompañarme, y siempre dispuesto a enseñar y compartir, y abierto hacia quienes quieran compartir su trabajo, seguiré brindándome de manera desinteresada a los demás sin esperar nada a cambio como lo hice siempre.
A todos ustedes amigos lectores, les deseo un feliz año 2018 lleno de éxito y bendiciones.
Para la última entrada de este complicado año 2017, en el que en varias oportunidades tuve muchas ganas de cerrar todo y dedicarme a otra cosa, elegí las que creo yo son mis mejores fotografías de este año que se está yendo; las obtuve en horas de la mañana del día 30 de Noviembre pasado en la nueva costanera del Arroyo Mártires de la Ciudad de Posadas, era un día feriado para la provincia y aproveché la temperatura mas agradable de las primeras horas de la mañana para ir a despuntar el vicio porque llevaba ya un buen tiempo alejado de la actividad de fotografía de aves.
Estas fotos son el resultado de la necesaria dosis de paciencia, suerte y sigilo para lograr buenos resultados. Los ví volando desde el auto, me estacioné y elegí un lugar con sombra para montar guardia, acomodé una piedra para sentarme con la luz a mi favor y con un posadero despejado a menos de 10 metros de distancia. Una pareja de estas aves realizaban sus despliegues de vuelo ascendiendo casi verticalmente con respecto al suelo para luego descender planeando y vocalizando para esconderse nuevamente en el pastizal; luegod e cuatro o cinco despliegues de vuelo tuve la gran fortuna de que uno de los Pecho colorado se pose en la percha hacia la cual yo había configurado todos los seteos de la Cámara, ISO, Apertura, Velocidad para poder lograr esto que muestro a continuación.
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