Publicado: 16.12.2009
América del Sur ha sido denominada, y con razón, el continente de las aves. Del mismo modo que África es la zona del planeta que alberga en la actualidad el mayor número y variedad de mamíferos, nuestra región neotropical mantiene su dilatado y diversificado territorio con una importantísima avifauna, cuyo conocimiento cabal, está muy lejos aún de completarse. Dentro de éste panorama la República Argentina, con su longitudinalmente dilatada extensión y sus cambiantes aspectos fitogeográficos ha resultado favorecida, tanto en el número como en la singularidad de las especies que la pueblan.
Las naciones más adelantadas del mundo, en otros aspectos, admiran y valoran nuestros tesoros, pues ya tarde para poder cambiar el sentido del proceso, han comprendido cuán importante es la presencia de una flora y fauna autóctonas para el mantenimiento de un equilibrio ecológico, cuya destrucción, aunque parcial, hace peligrar todo el complicado esquema al que, aunque muchas veces se olvide, el hombre está estrechamente ligado.
Las estepas civilizadas, llámense complejos urbanísticos, así como la explotación incontrolada de los campos, la polución de los ríos, la tala de los bosques, la canalización de vías de agua, el drenaje de los pantanos, las complejas redes viales o la utilización de plaguicidas, son sólo algunos de los medios que el hombre moderno utiliza, creyendo que las mejores condiciones para la vida humana no han de tener otro perjuicio que el alejamiento de las especies silvestres de los centros urbanos.
Sin embargo, el problema es mucho más serio y profundo; y autoridades científicas de todo el mundo están abocadas ya al estudio de soluciones, que como es fácil deducir chocan con demasiados intereses en pugna.
El mismo e incontenible proceso civilizador lleva consigo aparejada la necesidad de captación de más y más tierras vírgenes, con la continua limitación de áreas de reproducción para las especies silvestres. El fino equilibrio biológico comienza a tambalear y los países europeos, así como otras naciones adelantadas del mundo están creando, un poco tarde casi, las legislaciones que impidan la prosecución de éste proceso, cuyos resultados negativos, aunque ya se hacían sentir de tiempo atrás, recién comienzan a interpretarse.
Muchas regiones de Sudamérica, constituyen aún una valiosa e inestimable reserva natural.
No es difícil que en un futuro próximo las tierras vírgenes e incultas, cuya existencia parece molestar a nuestra conciencia adaptada a una prédica civilizadora de siglos, serán de mayor valor que las grandes extensiones agobiadas y despobladas por la explotación intensiva.
Nuestra Argentina es todavía una alegre paraíso para poco menos de 1.000 especies de aves.
Habituados a no figurar en los primeros puestos de ninguna estadística de potencial, nos sorprenderá saber que toda Europa, excluida la Unión Soviética, cuenta con sólo la mitad de éste número, y muchas de las aves citadas son allí sumamente raras de hallar.
A despecho de razones de orden sentimental que nos obligarían a guardar para nuestros hijos, lo que nuestros ascendientes no han llegado; olvidando la importancia científica que la zoología tiene entre las ciencias modernas; sin considerar el papel cada día más destacado que los enfoques actuales van otorgando a las aves en el control de las plagas, y por ende, en toda la economía rural, el valorar la presencia en tierras nuestras, de zonas donde la fauna y la flora puedan desarrollarse incontaminadas, es el imperativo de la hora, cuando el avance de la astronáutica nos pone ante mundos inhóspitos y nos hace comprender la importancia que para la misma existencia del hombre, tienen los otros seres vivos.
Aunque el proceso de destrucción de nuestra riqueza natural ya ha comenzado, y hay instituciones y autoridades preocupadas por éste problema, todavía estamos a tiempo de salvar casi todo nuestro rico patrimonio y ser un ejemplo y una reserva para el mundo.
Ya tenemos la experiencia de las naciones más poderosas; apliquemoslo en nuestro provecho. La explotación racional de los recursos renovables implica visión y responsabilidad.
Argentina, reserva mundial de la ornitofauna, tiene muchísimo para mostrar al respecto.
Publicado en:
Revista Iguazú, Tomo 1, N° 1, Diciembre de 1980. ACNA (Asociación Pro-Conservación de la Naturaleza Argentina).
Dicen que una imagen vale mas que mil palabras, por tal motivo adjunto a la presente nota una serie de fotos satelitales que permiten visualizar un poco mejor esta realidad.
En primer lugar en esta captura del google earth se puede visualizar destacada de color rosado la zona neotropical de la cual formamos parte. 3370 especies habitan esta zona,sin dudas es la región con mayor diversidad de avifauna a nivel mundial.
Con mas de 1500 especies están Colombia, Brasil,Perú, Ecuador; y con mas de 1000 Bolivia,Venezuela y Argentina.
De Aves del Nea |
Ahora bien, remitiéndonos específicamente a nuestra provincia de Misiones podrán ver porqué aquí habitan aproximadamente 600 especies de aves del total de Argentina, y de entre esas 600, cerca de 400 son endémicas de aquí, eso significa que no habitan en el resto del país.
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De Aves del Nea |
Como verán, es notoria la diferencia del verde comparando con los países limítrofes.
Verde = Selva, y no en vano los 7 primeros lugares citados en la gúia para la identificacíon de aves de Argentina están en nuestra provincia.
Si se mantienen y conservan adecuadamente las áreas protegidads de nuestra provincia podremos preservar esta fauna para quienes vengan después que nosotros.
Observen en las siguientes imágenes la diferencia del color del suelo con mayor detalle.
A la altura de Puerto Iguazú, a una altitud de 21 millas
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A la altura de El Dorado, tuve que aumentar la altitud a 50 millas porque el desmonte es mas notorio. La zona verde corresponde a parte del Parque provincial Urugua-í
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Del lado del Río Uruguay, la diferencia es mucho mas evidente con el Brasil, donde del lado izquierdo del Río Uruguay en la imagen podemos observar parte de la Biósfera del Yabotí
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Como dice el encabezado del blog, nosotros nos maravillamos con lo que vemos, recién llevamos 2 meses practicando esta apasionante actividad del avistaje de aves y sin salir de la Ciudad de Posadas, salvo el corto viaje que realizamos al Parque Urugua-í llevamos registradas y fotografiadas 104 especies de aves.
El avistaje de aves , "bird watching" o "birding" es una importante actividad, que pone en contacto directo con la naturaleza a quién la practica, genera importantes ingresos debido al movimiento turístico que mueve, sepamos pues preservar lo que la naturaleza nos dió.
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