Cuando estas obras llegaron a la desembocadura del Arroyo itá, recuerdo la primera vez que observé desde el auto como las máquinas realizaban la limpieza del sector mientras que las bandadas de garzas sobrevolaban la zona sin poder encontrar sus dormideros habituales, pueden observar en las fotos que ilustran esta entrada como la madre naturaleza se repone o resiste a los embates del hombre; las plantas vuelven a crecer, las aves se acercan nuevamente, los mamíferos vuelven a poblar el lugar estableciéndose nuevas redes tróficas.
Biguá y Coipos tomando sol
Pareja de Tero real (Black-necked Stilt ) Himantopus mexicanus
Pitotoy solitario (Tringa solitaria)
Este pequeño curso de agua ha debido soportar por muchos años y aún continúa soportando los desechos de una sociedad creciente en número y decreciente en conciencia ambiental, por mas que se adorne el lugar con carteles que insten a lo contrario, vemos que la infaltable basura reaparece mucho mas rápido de lo que creemos, la fauna sigue conviviendo con la mugre.
Tero real y Garcita blanca
Por suerte las botellas de plástico no tienen alas, y algunos de nuestros amigos emplumados son los felices poseedores de casas limpias, como en este caso un Martín pescador grande.
3 en 1, Jacana, Garcita y tero real,
En la obra de la construcción de esta futura reserva ecológica urbana se limpió toda la zona de su vegetación, quedó toda la tierra pelada, no obstante pueden observar en algunas fotos como en la zona de la costa comienzan a aparecer algunos tallos verdes nuevamente.
Esperemos no tener que depender siempre de la recuperación de la naturaleza para poder disfrutar de lugares como este dentro de la ciudad, y quiera Dios que muchos aprendan a convivir en armonía con la naturaleza.
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